El proyecto se divide en tres partes: la primera consiste en hacer un cuestionamiento directo al medio y la industria de la fotografía; la segunda está dirigida a la creación de una narrativa que involucra varios aspectos de la vida cotidiana como los medios masivos de comunicación (la televisión o los medios impresos), y la pornografía (imágenes obscenas, aunque no necesariamente sexuales); y la tercera se dirige a crear una estética de la alteridad sexual o lo que algunos autores denominarían como lo transexual. Intentaré explicar estos tres puntos a partir de la obra que se presenta.
A partir del error o de los defectos técnicos se pretende cuestionar las convenciones que dicta la industria fotográfica. En general, existen ciertos consensos sociales para lograr una imagen fotográfica eficiente técnicamente, sin embargo, ésta nos sitúa en una cierta estructura de poder o ideología de representación (como el carácter realista). En efecto, a través de la exploración sistemática de las posibilidades de la caja negra podemos descubrir las virtualidades propias de la cámara y de esa manera dotar al mundo de nuevas formas (informar).
Estos errores propician una narrativa personal sobre algunos acontecimientos del mundo actual mediatizado. Con el empalme de fotogramas se produce una estructura quasi esquizofrénica sobre la sobreproducción de signos culturales - “Ya no es necesario que salga de mi casa para enterarme de cómo sucede la realidad, ahora ésta se presenta a mí a través de varios medios que la filtran, sólo es necesario contar con una tarjeta de crédito, internet, teléfono y una televisión para conseguir todo sin poner un pie en el exterior de nuestra guarida”. La realidad ya no es tal, ahora ésta se organiza a partir de sus simulacros (los signos de lo real que median en la televisión y la prensa). En esta narrativa se diluye la barrera entre lo privado y lo público, lo privado se vuelve público a través del exceso visual y lo público se vuelve privado al reconfigurarse bajo una estructura desarticulada en la que los simulacros que nos organizan se deforman, dejando sus restos.
La estructura táctica de los defectos técnicos (el error) propicia, a su vez, una estética de la alteridad sexual. Se presenta un conjunto de imágenes visuales en el que se confunde el sentido sexual, político y estético. Lo sexual transgrede lo político, y éste a lo estético; lo erótico se vuelve obsceno al no dejar nada a la imaginación, y lo obsceno se vuelve ridículo al no traspasar su cualidad de imagen y llegar al ámbito político. El pastiche posmoderno da paso a la “des-estructura” esquizofrénica en la que se hace evidente el ocaso de los afectos ante una realidad mediada por la imagen simulacral.
© AAlejandro Navarrete Cortés
Productor Visual
México, DF, 2004.
Tanto el texto como la imagen fueron incluidos en el catálogo de la XI Bienal de Fotografía en el Centro de la Imagen de la Ciudad de México. Las imágenes formaron parte de la Bienal que itineró por varios estados de la República durante el 2005.
Sunday, September 9, 2007
Sobre el Defecto Técnico
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